martes, 4 de mayo de 2010



Actualidad y pertinencia en el marco internacional

Realizando un análisis más a fondo, los docentes de matemáticas reconocen las ventajas de la utilización de estas herramientas, pero expresan cierto “temor” de sentirse superados por los propios alumnos, se siente solos sin el apoyo suficiente y justifican la falta de participación en aulas de medios, a que requieren de un técnico que los apoye en el servicio de las herramientas y a “controlar” los grupos.
La labor del docente debe de reconsiderarse socialmente, sobre todo, del docente de matemáticas. Son los propios alumnos y padres de familia quienes reconocen los esfuerzos aislados de algunos docentes, pero el deber de reconocer esta importante figura social, es el docente mismo, que debe de dejar atrás el idealismo que lo rodea y convertirse en un agente de transformación social, empezando por nosotros mismos.
En este proceso de cambios como maestros son considerados como «protagonistas de la transformación educativa», y se apela a su compromiso para consolidar las reformas.
Ante esta carencia y ante las nuevas exigencias para la secundaria, en el diseño de las nuevas políticas se ha optado por homogeneizar la imagen del maestro de educación básica sin considerar las especificidades de los de secundaria, lo que ha traído como consecuencia que algunas propuestas educativas, al no considerar estas particularidades, enfrenten problemas en su ejecución.
Considerar que como maestros somos un factor decisivo de la reforma educativa no puede hacerse al margen de sus condiciones concretas de trabajo, la aplicación de nuevos enfoques y formas de trabajo propuestos en los actuales programas de estudio que buscan una mayor participación de los alumnos en la construcción del conocimiento, se ve obstaculizada por la gran cantidad de alumnos que cada docente tenemos pero poco a poco hemos podido buscar diferentes estrategias para poder implementar actividades que se presten para grupos numerosos.


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